LEKIME
Un paraje solitario y salvaje, un paisaje que recuerda otros descensos en zonas mas exótica. Una ambientación perfecta, entre bloques de hielo y amenaza de tormenta.En definitiva, uno de los pocos barrancos próximo de aventura que quedan.
Realizamos el descenso, probablemente en las peores previsiones que se puede acometer, riesgo amarillo por lluvias y tormentas y una primavera que no se caracteriza por su escasez de agua.
El acceso, parece imposible y si el terreno esta mojado el tortazo esta asegurado. La morfología del barranco, de estrecho canal y de altas paredes, nos confirman lo evidente, en caso de fuertes lluvias, esto es una encerrona.
Pero una vez mas, la suerte nos acompaña y podemos realizarlo con una ambientación estética perfecta y sin ningún riesgo.
Sin duda no te dejara indiferente, su descenso es exigente y la gran cantidad de rápeles no permite tiempos muertos. A recomendar sin ninguna duda.









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